El anuncio de que el proyecto de presupuestos generales del Estado prevé solo una inversión en la Comunitat Valenciana de 776 millones de euros, un 6,9 % del total, cuando nuestra Comunidad representa un 10,8 % de la población, ha generado una enorme protesta entre nuestra clase política y dirigente.
Pues bien, uno debe preguntarse si tiene lógica esta protesta, puesto que en un Estado nación no hay motivo alguno para que las inversiones, año a año, respeten escrupulosamente un reparto proporcional a la población. La selección de inversiones debe efectuarse teniendo en cuenta criterios de eficiencia y de justicia, buscando atender las principales deficiencias de estructuras, allá donde se encuentren, y fomentar el crecimiento de aquellos territorios que en mayor medida lo precisen.
¿TIENE LÓGICA LA PROSTESTA?
Si esto es así, volvemos a la pregunta: ¿tiene lógica la protesta? La respuesta, en mi opinión, está en que éste no es un hecho puntual, el problema no es la inversión del estado de un año, este año, el problema es que llueve sobre mojado.
Llueve sobre mojado porque es la tónica que se viene produciendo durante los últimos años, donde es ya habitual que recibamos ese algo más del seis por ciento de la inversión del Estado, aunque representemos, como hemos dicho, casi un 11 % de la población española. El año pasado, 2016, alcanzábamos un pico del 8 % de la inversión, siempre muy por debajo de nuestra población.
C.VALENCIANA, LA PEOR FINANCIADA
Llueve sobre mojado porque esa escasa inversión del estado se añade a que nuestra Comunitat sea la peor financiada de todas. Somos la última Comunitat por recursos por habitante. La última. Con semejante infrafinanciación, hoy no discutida por nadie, pocas posibilidades de inversión le quedan a nuestra Comunitat. Y esa escasísima capacidad de inversión autonómica podríamos esperar que se compensara en parte por el estado, aportando más incluso de lo que nos corresponde proporcionalmente, no justamente lo contrario.
Y si queremos que la inversión sea justa y solidaria parecería lógico que atendiera a la situación de riqueza existente en cada Comunidad, puesto que la inversión pública es un motor indiscutible de creación de empleo y de riqueza. Pues bien, resulta que nuestra Comunitat tiene una renta per cápita que no llega al 90 % de la media nacional. Si tenemos en cuenta este dato parecería lógico que la inversión del estado no es que alcanzara nuestro 11 % de población, sino que incluso debería superarlo para fomentar el crecimiento en nuestra comunidad y que nos acerquemos a la riqueza de la media de España.
ESTUDIO BBVA E IVIE
Pero es que parece que los valencianos nos debamos acostumbrar a estar en el furgón de cola de inversiones públicas entre las comunidades autónomas: en un reciente estudio de la fundación BBVA y el IVIE se analiza la evolución del stock de capital público, esto es, del valor que tienen el conjunto de inversiones públicas en un momento dado en cada Comunidad, lo que supone tener en cuenta todo lo que se ha invertido en esa Comunidad y restar el deterioro o amortización de las inversiones antiguas.
Pues bien, las conclusiones son llamativas: durante el periodo 2000 2009, el periodo del boom, hubo un fuerte crecimiento del stock de capital público en todas las Comunidades Autónomas ¿pero sabe cuál creció menos? Pues sí, la Comunitat Valenciana, quien creció a un ritmo de casi la mitad de otras como Madrid o Cataluña.
El mismo estudio demuestra que en el periodo 2009 a 2013, es decir, en plena recesión, la caída general de la inversión pública afectó a todas las comunidades autónomas, de forma que incluso en algunas de ellas el valor de las inversiones públicas totales se redujo, esto es, se invirtió menos que la pérdida de valor de las inversiones existentes ¿Y saben que dos Comunidades Autónomas sufrieron mayor pérdida en el valor de sus inversiones? Pues Canarias y la Comunitat Valenciana.
TENEMOS RAZONES PARA EL ENFADO
En definitiva, sí que tenemos razones para el enfado y el rechazo. Desde la lealtad que siempre hemos tenido con el conjunto de España los valencianos debemos ser firmes en la exigencia de una financiación y unas inversiones públicas que atiendan a las necesidades de esta tierra y que fomenten el crecimiento y bienestar de una Comunidad que tiene más paro y menos riqueza que la media española. Es de justicia.